
Siempre he sido un feminista convencido, ya que históricamente al sector femenino de la población se le ha descriminado hasta límites que sobrepasan la vergüenza. Ya sean por los motivos que sean, desde Eva hasta escasamente tiempo reciente, las mujeres solo tenían derecho a parir, trabajar en casa y satisfacer las necesidades de los hombres de la familia. Parte de mi familia es un gran matriarcado, donde las mujeres han tenido siempre mucha voz y aún más voto, será por eso que no entiendo el odio hacia todo lo relacionado con el hombre por ser eso, hombre.

Se ha pasado a lo políticamente correcto, cosa que no implica que se posea la razón. Si cualquier "ilustrada" nazi-feminsita leyera mi entrada hoy, me acusaría de machista no por lo que escribo sino por cómo lo escribo al no hacerlo con la tendencia actual de poner ambos géneros eliminando el neutro (leer el artículo de Pérez Reverte en el Semanal de ABC de este domingo, no hay mayor muestra de esta estupidez). La lengua la hace el pueblo y la RAE lo regoge, no es algo q un Gobierno pueda imponer.

La Ley mal-llamada-de-Género es la mayor muestra de esta estupidez con nombre de discriminación positiva, anteponiendo la palabra de una mujer a la de un hombre cuando ambas deberían estar al mismo nivel. Se esconden los casos de maltrato doméstico de mujeres a hombres porque esas no interesan, cuando en el último año ascienden a 23.711 los hombres maltratados. Pero claro, "ellos se lo merecían", "algo habrían hecho",... La igualdad de sexo debe ser para todos, no nombrarla cuando conviene.

"La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente, quien, aunque otra cosa crea él, no siempre está asistido por serios aparatos de consejeros", Francisco Ayala.